¨El problema de Colón¨
Colón ha sido abandonado no solo por los gobiernos y sus autoridades nacionales, aunque sobre su irresponsabilidad administrativa y su falta de voluntad real recaiga el principal peso de la culpa. también los colonenses han contribuido a la situación horrorosa en que sobrevive la provincia al permitir que los dictados del clientelismo político, imperante por décadas, su cómplice, la demagogia, tanto de izquierdistas como de politiqueros y el pesimismo de sus habitantes impidan el necesario cambio. Oportunistas utilizan la necesidad de solución en Colón cada cierta cantidad de tiempo, para chantajear a quien quiera que detente el poder Ejecutivo con la intención de lograr ventajas para sus egoístas intereses.
No importa la cantidad de dinero que se invierta en Colón, nada cambiará mientras impere el actual sistema clientelista, que no busca soluciones sino perpetuar la dependencia de la masa para mantener su existencia. Como las multinacionales farmacéuticas, el clientelismo no patrocina curas, solo paliativos que permitan la continuidad de sus pingües ganancias.
De igual manera, administraciones basadas en la partidocracia tradicional en Panamá no aportaran una voluntad oficial sostenida para solucionar problemas como el de Colón. No es difícil, ni imposible, hacer de esa provincia un mejor y productivo lugar en donde residir y hacer negocios. Pero para lograrlo hay que primero desmantelar los egoístas y corruptos intereses que la mantienen en una parálisis gobernada por la corrupción, pública y privada, permitida y alentada por la aprendida desesperanza de gente acostumbrada a vivir dependiendo de la influencia de terceros y que aparentemente han olvidado que su desidia permite la explotación que hoy protesta.
¿Cómo es posible que todavía existan en Colón, problemas de vivienda, ausencia de tratamiento de aguas servidas, de pandillerismo, desempleo, de atención médica, en un lugar que produce tanto movimiento económico y comercial, y con tanto que ofrecer en materia turística y cultural? De que han servido los millones y millones de dólares invertidos en el pasado, o en proceso de gasto al presente?
Por eso, la declaración del presidente Cortizo de una nueva inversión de "877 millones en Colón" resultará otra vez inútil, si no se atiende primero la necesidad de re-socializar a sus residentes, de eliminar el clientelismo político que sostiene con su corrupción la irresponsabilidad cívica, la mediocridad, la venalidad y el fracaso de un sistema político-administrativo que ha convertido en indigentes y dependientes del "salve" politiquero a los colonenses, haciéndolos vulnerables a la opción económica que ofrece el narcotráfico.
Para arreglar a Colón debe primero existir una voluntad político-administrativa que desee hacerlo, convocando a todos los sectores que componen su problema, para entenderlo.
Mi primera reunión como servidor público en Panamá, en septiembre del 2004, no fue con AMCHAM, ni con los gremios turísticos: fue con los jefes de las principales pandillas de Colón. La reunión fue celebrada con el apoyo de Gilberto Toro, un trabajador social y "Rastafarian", de su colaborador "Rasta Nini", y de Pierce Blandón (q.e.p.d.), un ex-pandillero que abrazo a la religión y que servía por entonces como consejero a jóvenes "de alto riesgo". A mi entender, el grupo del sector civil mejor organizado en Colón era el formado por las pandillas, y su control de calles y de sectores urbanos de la provincia interferían con cualquier propuesta y oferta turística, área que ahora formaba parte de mi responsabilidad como funcionario encargado del Turismo en Panamá. Esa tarde, cuando nos reunimos en el Hotel Washington con cerca de 15 líderes pandilleros, luego de la invocación religiosa hecha por Pierce Blandón, explique con franqueza mi posición a la audiencia, (Gilberto Toro puede verificar esto): "Cada vez que hablo de ayudar a Colón, la gente me dice que ustedes no sirven para un carajo. Que no quieren trabajar, que son haraganes, antisociales, que no les importa nada, que viven sin hacer nada por su provincia o el país. He venido aquí a preguntar personalmente si eso es cierto; porque si a ustedes, que viven aquí, no les importa Colón, entonces ¿por qué me debe importar a mí?"
El pesado y ominoso silencio luego de mis palabras hizo que Pierce Blandón se levantara de su silla para recriminar a los presentes por no expresar sus opiniones. "Rubén está aquí para oír que tenemos que decir. Ahora es cuando tenemos que hablar, no después que él se vaya". Fue una reunión difícil y peligrosa pues la especie de armisticio entre los grupos, negociado por Pierce, Gilberto y "Rasta" Nini, estaba escrito sobre el hielo que parecía cubrir a muchas de las miradas de los asistentes. Finalmente, uno de los pandilleros levantó la mano para anunciar que él había visto entre los allí presentes a los responsables por la muerte de un familiar y deseaba advertirles que no interpretaran su pasividad como una aceptación de que todo estaba perdonado. Él había venido simplemente por curiosidad a la reunión.
Acto seguido, otro alzó la mano y me dijo directamente: "Rubén: ¿si no vendo droga si no robo, de que voy a vivir?. ¿Qué me ofreces tú?, tengo una hija y quisiera tener una opción, por ella. Pero cuando traté de conseguir un trabajo normal me rechazaron, por mi manera de hablar, mis tatuajes y no quieren saber de mi".
Otros pandilleros coincidieron en que por tener hijos considerarían hacer otra cosa. Todos me preguntaron; "¿qué traes tú para mí?".
Al final de una conversación de más de dos horas recuerdo que a muchos les di cinco dólares pero solo para que al regreso a su barrio se fueran en taxi y así evitar el que transitaran a pie por feudos rivales, acto que pondría a sus vidas en peligro.
Esa noche no dormí pensando en lo que me habían preguntado: "¿que ofreces tú?"
Y así nació mi idea de crear un programa para entrenar a ex-pandilleros como "Asistentes Turísticos", lo único que podía hacer desde mi posibilidad como empleado público.
Hicimos un llamado público, respondieron 60 jóvenes, hicimos pruebas psicológicas y estudios (para evitar nombrar a un psicópata y ponerlo a cargo de turistas) y al final de mi periodo en la ATP, cinco de ellos aún permanecían exitosamente desempeñándose en sus puestos. Una cuarta parte del grupo original se integró a la productividad lícita. Si quieren comentarios sobre la experiencia, pregunten al veterano empresario Pesantez, de Pesantez Tours, en Panamá, que le pareció el resultado.
En el 2009 dejé el programa, los fondos y la estructura para que 100 ex-pandilleros hombres y mujeres se integraran al programa de "asistentes turísticos". El gobierno de Martinelli en el 2010 canceló el programa y los gobiernos subsiguientes de Varela y de Cortizo, no lo han adoptado.
El pueblo de Colón, incluyendo a los pandilleros, aún puede cambiar un presente negativo, por un futuro digno, lo que hoy es Colón, versus lo que puede ser. No es un sueño imposible. Los destinos no se heredan: se hacen.
Si el gobierno nacional necesita sugerencias para Colón, aquí van las mías, (pongan atención, Lombana, Ana Matilde, y demás candidatos/as independientes):
PROPUESTAS:
1. ACTUALICEN Y ADOPTEN EL PLAN HARRISON-PRICE PARA COLÓN, PRESENTADO EN 1997:
En el 2004 encontré el plan en mi despacho, antes abandonado por la administración de Balladares y la de Moscoso. Luego de estudiarlo, hice una cita y viajé a California pagándome el pasaje de mi propio bolsillo, para conversar personalmente con el creador del proyecto, Harrison "Buzz" Price. Luego de una extensa y aleccionadora reunión, fui a Colón y explique el "Plan Harrison-Price para Colón", a todas las autoridades de la provincia, a su Alcalde, a la Gobernadora, a sus Diputados, en foros públicos como CADE, y apele hasta a la Zona Libre. Nadie me hizo caso.
Si quieren saber qué implica ese plan, y quien lo diseñó, sepan que Harrison Price fue el que ayudó a Walt Disney, primero, a construir Disneylandia y después, a construir su parque en Orlando, Florida, (también hizo el Acuario Seaworld de San Diego, en California, parques de diversiones de Six Flags, Knot's Berry Farm y no sé cuántas ferias mundiales.
Cuando le pregunté al Sr. Price como había llegado a Colón, me explicó que lo habían contratado para escoger la mejor área en donde construir un acuario, pero que luego de estudiar la situación había informado a sus clientes que no veía viable el proyecto.
Sin embargo, se enamoró de la ciudad y les ofreció como alternativa un plan para el desarrollo turístico de toda la ciudad, con marina, hoteles, teatros, centros turísticos, museos, home port de cruceros, etc.
Su plan también incluía un completo estudio de los costos por m2 de cada proyecto, la expectativa del retorno económico al inversionista, tiempo de construcción aproximado y las expectativas esperadas para la provincia.
Harrison Price ofreció a su empresa para solicitar y garantizar fondos para la inversión en el proyecto de Colón, presentándose personalmente como intermediario por Panamá.
Es el mejor plan que he visto para desarrollar el potencial turístico de cualquier ciudad en el mundo.
Le pregunté al Sr. Price cuánto había cobrado por un Plan tan completo y tan detallado y me dijo: "50,000.00".
2. RESOCIALIZACIÓN DE LA CIUDAD DE COLÓN Y DE LA PROVINCIA:
Décadas de clientelismo político y del continuo éxodo de sus profesionales, provocado por la mediocridad y/o corrupta administración de las posibilidades de la provincia, han creado en Colón un clima tóxico para la inversión y alimentado desesperanza, incredulidad, indiferencia y negativismo entre su población.
Se tiene que combatir esto con actividades de preparación profesional y laboral, un plan completo de reparación y creación de infra-estructura, de ofertas de vivienda, pero todo dentro del marco de un programa de integración, un plan nacional para el desarrollo, que incluye por supuesto al sector de la economía.
Un inventario provincial de Colón determinará fortalezas, debilidades y prioridades en cuanto a la inversión, entrenamiento y creación de plazas laborales. Los fondos para producir esa inversión pueden provenir de las entradas del canal de Panamá, en vez de ir a un fondo común para pagar subsidios y sostener el clientelismo que alimenta a la corrupción político-partidista y embrutece a nuestros coterráneos.
3. REEMPLAZO DEL ACTUAL SISTEMA CLIENTELISTA:
Nada va a cambiar efectiva y sostenidamente en Panamá mientras se mantenga el sistema clientelista y corrupto que hoy rige a nuestra administración pública. No culpemos solamente a los partidos políticos y a sus figuras: el sistema tiene que ser reemplazado con un nuevo paradigma de administración pública. Además, se debe explicar con hechos concretos a los electores el por qué les conviene eliminar el presente estado de cosas y rechazar al estado clientelista.
Rubén Blades
San Juan, Puerto Rico
15 de Mayo, 2022
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