La Riqueza y la Pobreza

En el diario “La Prensa” de Panamá, Pedro Crenes expresó su opinión sobre una declaración mía incluida en una entrevista que brindé recientemente al diario, "El País", de España. Agradezco el que Pedro haya intercedido para aclararle a los que no entendieron la intención dentro de mis palabras.

Mis anónimos críticos alegan que la reflexión hecha por mi abuela, sobre el significado de la pobreza, solo es valida para los que como yo hoy son ricos y al hacerlo desestiman que el episodio al que me refiero ocurrió en una época en que nadie en mi familia podía ser considerado como materialmente "rico", menos yo que tenia a la sazón unos siete años de edad. 

La pobreza como estado no se define sólo materialmente. Hay gente pobre que es rica en espíritu, en conocimiento, en voluntad, en intelecto y con la anécdota de mi abuela Emma quise enfatizar ese punto. En mi casa la "pobreza" nunca fue utilizada como excusa para culpar al resto del mundo por nuestra difícil realidad económica. He escuchado a mucha gente responsabilizar al "destino" por su mala situación. 

Mi abuela me enseñó que nuestras acciones y omisiones provocan consecuencias en nuestra vida y que por eso los destinos se hacen, no se heredan. Mis dos diplomas en Derecho no los encontré en cajas de "Corn Flakes", ni se los quite al vecino. Los obtuvo mi voluntad de estudiar.  

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No tener dinero es distinto a ser pobre, eso fue lo que Emma en su sabiduría me explicó desde chiquillo y esa información me acompaña a lo largo y ancho de mi vida, ayudándome en mis decisiones; una de ellas fue ingresar a los 19 años a la Facultad Nacional de Derecho de la Universidad Nacional de Panamá, institución estatal y gratuita, en donde me recibí de abogado a los 25 años. No me convertí en un "nini", (ni trabaja - ni estudia), tampoco me dediqué a vender droga, o a robar carros y matar a gente correcta y decente como Ken Karasawa (ver foto), un joven de 36 años que acaba de ser asesinado en Panamá por alguien que no es ni decente, ni correcto.  

En mi barrio no se utilizó la limitación económica como una muleta para explicar o justificar nuestra deficiencia cívica, nuestra alienación social, alegando "pobreza". Nadie en mi calle arguyó que la vida es una mierda, incluyendo la ajena, y que por eso todo dependerá de ¨la suerte¨ y "el destino". En mi barrio, familias con o sin dinero asumieron la posibilidad de que a través de la acción de nuestra voluntad se pueden crear nuevos caminos y alternativas.  

Frecuentemente y de manera equivocada se equipara el término "humildad" con el ¨ser pobre¨. Para ser humilde no hay que ser primero ¨pobre".

Humilde es el que no alardea de sus posesiones, no hace ostentación de lo que tiene, ni se lo restriega en la cara a otros. Por eso, para mí, la humildad es el orgullo en reposo, una satisfacción por resultados positivos que se ve sobriamente contenida por la prudencia, y por el respeto a la carencia de los otros.  

Hay "ricos" que nunca consideran suficiente lo que tienen y hay ¨pobres¨ que provocan su situación de real necesidad por actuar irresponsablemente, o por su decisión de no tratar de crear salidas a su limitación económica a través de esfuerzos lícitos, como el estudiar y el trabajar.  

Esto no lo digo hoy porque "me va bien", o por ser económicamente independiente. Lo afirmo porque la manera en que fui criado evitó que me convirtiera en un rico corrupto, o en un sicario de arrabal y fue lo que me ayudó a entender la necesidad de educarme, espiritual y académicamente, para enfrentar exitosamente la inevitable dificultad que plantea el vivir. Muchos utilizan el termino ”pobreza” para explicar, excusar, o justificar su presente condición. La culpan por el no haber alcanzado posibles metas. eso no es necesariamente cierto.   

Yo pude sobrevivir "la pobreza" dos veces; primero en panamá, por mi familia y luego por mi cuenta en los estados unidos, adonde llegue forzado, por el problema de mi padre con Manuel Antonio Noriega. Incluso donde sé es "pobre" importa: una cosa es no tener en Panamá y otra cosa es no tener en Estados Unidos.   

No hay peor situación que la de arribar a un sitio donde no te conocen, con un idioma y una cultura diferente, con un clima distinto, sin plaza de trabajo, ni seguro médico, y tratar de sobrellevar las necesidades y dificultades encontradas sin perder o hipotecar nuestro honor, o rendirse ante la desesperanza. En ese periodo difícil de mi vida no se me ocurrió delinquir, no me dio por mendigar, ni por basar mi felicidad en la infelicidad ajena. ¿Ocurrió eso porque yo era "rico" y no necesitaba dinero para sostenerme y ayudar a mi familia? Por supuesto que no. Ocurrió porque las enseñanzas en mi casa, en mi barrio y en mi escuela me hicieron rico espiritualmente y prepararon a mi voluntad para resistir a la adversidad y superarla actuando de manera responsable. Cada madre en el barrio de calle segunda Carrasquilla velaba por su hijo y por los de las otras madres y todas compartían la idea de que teníamos que educarnos para superar los problemas que cada hogar enfrentaba: esas son las casas que describí en mi canción ¨Amor y Control¨. 

Mi mamá, como las otras madres que conocí creciendo, nunca tuvo vacaciones; para ellas, el ser permanentemente pobre no era una opción, ni tampoco algo inevitable. El no trabajar era algo imposible de concebir y la vagancia era considerada por todo el vecindario como un pecado inexcusable. Esa actitud aun forma parte de mi experiencia y a los 73 años sigo trabajando y ganándome el pan honestamente.  

Entiendo que no todas las familias en Panamá fueron como la mía y que hay pobrezas que emanan de situaciones personales difíciles de vencer, presiones económicas y/o de salud, imposibles de ser atendidas y resueltas por una sola voluntad. Pero utilizar a ¨la pobreza¨ como excusa para el que mata, o lastima a personas inocentes es absurdo. Si el abandono convierte a una persona en un desahuciado social, sin posibilidad de usar su criterio para cambiar su estado, entonces la sociedad, nosotros, en lugar de ofrecer limosnas como paliativo, tenemos que ser consistentemente solidarios y actuar hasta solucionar el problema. El ser humano inventó leyes y normas para forzar y garantizar la compasión que no existe en la naturaleza, donde solo el mas fuerte sobrevive. La pobreza requiere de la acción y el concurso de toda la sociedad para eliminarla en su aspecto material y espiritual. El estado debe liderar el esfuerzo de acabar con la pobreza y no limitarse a su eterno subsidio, o permitirla como una opción social.  

Simplificar el complejo tema de la pobreza describiéndolo como producto de la mala suerte, o solo como el resultado de la explotación del hombre por el hombre, no explica el éxito de los que superan las iniciales dificultades económicas presentes al nacer. Durán no fue campeón por tener buena suerte. Fue campeón porque se sacrificó y se preparó para serlo, de lo contrario no se hubiese convertido en la leyenda mundial que hoy es. Las experiencias de Durán y de Rommel Fernández, gente rica en espíritu y talento, demuestran como la voluntad puede crear destino a pesar de haber nacido entre limitaciones económicas. Cuando fui servidor público en Panamá no me paso por la mente aprovechar la oportunidad ofrecida por mi posición para lucrar o robar, como hacen muchos al llegar al poder. Desde niño aprendí a desarrollar el honor personal, a defenderlo Y a no deshonrar a mi familia que me enseñó que cada uno de nosotros, con o sin dinero, puede, a través de sus decisiones, crear caminos y que ¨no te compran si no te vendes¨. 

Otra cosa: cualquiera puede llegar a la pobreza, antes o después En un segundo, la mayor fortuna puede esfumarse y el que tenia mucho puede de pronto quedar con nada. ¿Es diferente la situación del que tenia mucho y lo perdió, a la del que nunca tuvo nada? Cuando hablamos de "ricos" y "pobres" debemos intentar ser lo más objetivos posible para no caer en el "cliché" o en la trampa que tienden el resentimiento y la envidia.  

Comprender la diferencia entre ser ¨pobre¨ y el no tener dinero fue una las lecciones que aprendí de Emma; por ella sé que aun sin dinero jamás seré pobre, aun si cada posesión que hoy tengo súbitamente desapareciera.  

Hay gente que lo único que tiene es dinero, una situación, que refleja la mayor y más triste pobreza que jamás pueda afligir y definir a un ser humano. por eso le diría a ese que quiere tener mas que "Los Motta": ¿de que te vale hacerte ¨rico¨ deshonrándote y a tu familia?

Otra vez, a Pedro, gracias por tus comentarios.

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Rubén Blades
16 de julio 2021. 
A los 73 años de edad.

La canción de hoy: ¨El Dinero no es la Vida¨, dueto con Ximena Sariñana y este servidor.

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