Más sobre Trump y sus declaraciones de recobrar el Canal de Panamá
Resulta inexplicable para mí el cómo todavía algunos defienden a Trump cuando emite las irresponsables declaraciones a las que periódicamente nos tiene acostumbrados. Y no es que me resulte imposible el considerar la posibilidad de que con eso su intención sea provocar reacciones que resulten en descubrir si existiría apoyo, oposición, o indiferencia a sus locos designios.
Lo que debiera de molestar a los fans del "asno naranja" es que utilice a la mentira como aliado, el hecho de que no tenga el menor reparo en inventar falsedades y que pública y continuamente las presente como si fueran realidades.
A su reciente advertencia de que a menos que Panamá haga lo que él desea, Estados Unidos tiene el derecho a recuperar el control, jurisdicción y administración del Canal de Panamá ahora se agrega el infundio de que hay "soldados chinos a cargo de la seguridad del Canal". ¿De dónde saca semejantes ideas?, de una fuente que solo está al servicio de los inescrupulosos, de los que para ganar utilizan cualquier método, por más sucio y absurdo que sea.
La aparente ignorancia de Trump jamás se ve afectada por información válida. Los que lo rodean probablemente saben más que él de cualquier materia, política o argumento posible, pero guardan silencio, intimidados por su capacidad para destruir a los que abiertamente lo oponen, u opinan contrario a él. Recuerdo la ocasión en que comentó en abril del 2020, que recomendaba que la ciencia investigara la posibilidad de una vacuna basada en cloro para curar el COVID-19; también recuerdo la mirada de incrédulo pánico de la doctora Débora Birx, parte del equipo de la Casa Blanca designado para enfrentar la pandemia cuando el presidente emitió su disparate por televisión nacional.
LOS HECHOS REALES
La enmienda De Concini, del 18 de abril de 1978, introducida para asegurar la operatividad, neutralidad, seguridad y accesibilidad del uso del Canal de Panamá, fue el producto de una exigencia de Estados Unidos. Este punto, su unilateralidad, es muy importante de considerar.
A raíz de la indignación producida en Panamá y su negativa de aceptar una impuesta posibilidad de invasión territorial unilateral, se redacta una aclaración de varios párrafos, hecha esta vez de manera conjunta por los gobiernos de Panamá y de Estados Unidos, que se integra al Tratado de 1978.
En esos puntos agregados, especialmente en el párrafo número dos, se indicaba taxativamente que se impedía a Estados Unidos interferir con la integridad territorial panameña.
Esa nueva y conjunta declaración, suscrita formal y diplomáticamente por los gobiernos de Panamá y de Estados Unidos, modifica la enmienda De Concini y hace inaplicable su interpretación original, al garantizar que Estados Unidos no atentará contra la integridad física de la República de Panamá.
En esa ocasión ambas naciones la ratificaron, no solo el senado norteamericano, y se acordó en1978 no transgredir la integridad territorial de Panamá.
¡Como cambian los tiempos!. Cuando ocurrió la Crisis del Canal de Suez (1956), Francia e Inglaterra invocaron la misma excusa para justificar su invasión de Egipto: “mantener la operatividad, neutralidad, seguridad y accesibilidad del Canal de Suez” ¡y Estados Unidos se opuso!
Las exageraciones, mentiras, invenciones que presenta Trump pueden ser aclaradas con hechos: Estados Unidos no paga más que nadie por cruzar el Canal. Sus barcos de guerra tienen permiso expedito, ni fila tienen que hacer. La política exterior de Panamá históricamente siempre ha estado del lado de los Estados Unidos.
Pero ser agradecido no implica convertirse en un esclavo del agradecimiento. A un ser autoritario como Donald Trump, tal hecho le resulta imposible de considerar.
Rubén Blades
27 de diciembre,
en Cali, Colombia
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