Sobre Honduras

La acción del actual gobierno de Honduras, el suspender las garantías constitucionales para justificar su desconocimiento del resultado adverso en las recientes elecciones presidenciales en ese país, pareciera una copia del libro de los regímenes totalitarios de hoy y de siempre.
El actual presidente, Juan Orlando Hernández, asegura haber triunfado por un margen inferior al 2% de los votos registrados en los comicios. Ese resultado ajustado nos recuerda el alegado triunfo de Nicolás Maduro en las pasadas elecciones de Venezuela. Aunque Hernández representa a la Derecha y Maduro a la Izquierda, ambas "victorias" distan mucho de ser verosímiles, o representativas, cuanto más si se considera que el proceso electoral de Honduras se desarrolla bajo el poder de la presidencia de un candidato que busca la reelección al puesto.
Un estallido de indignación popular ante lo que a todas luces luce como uno de los tradicionales "paquetazos" de la politiquería latinoamericana, ha producido más de una docena de muertes, gente herida y un país que no logra alcanzar aún la normalidad y claridad requeridas para la gobernabilidad.
Así como en el pasado hemos llamado la atención sobre los desmanes del desgobierno en Venezuela, de igual manera es necesario señalar los horrorosos sucesos que se desencadenan en Honduras, y solidarizarnos con la necesidad de un conteo general de los votos, o del llamamiento a una nueva elección. La suspensión del conteo de votos, en momentos en que el candidato de la izquierda aparecía con un porcentaje mayor que el oficialista, es suficiente razón para sospechar que actos distintos a los de la voluntad de Dios produjeron el repentino apagón. La voluntad del elector de Honduras debe prevalecer.
Nos identificamos con el pueblo de Honduras y su justa reclamación y esperamos que el gobierno ponga a su disposición los recursos y tiempos necesarios para lograr la claridad que permita el recobro de la paz y de la tranquilidad ciudadana.

Rubén Blades
8 de diciembre, 2017