Cuba

El aparente asombro y las aparatosas declaraciones que se escuchan desde los extremos del espectro político internacional, en torno al anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos de América, no son más que el reflejo de cuán obtusas pueden ser algunas posiciones que más que políticas parecen ser emocionales, oportunistas o interesadas. A estas alturas del siglo veintiuno, es absurdo pensar que estas posturas extremistas no hubieran sabido que esto iba a suceder, más temprano que tarde.

Lo que se ha producido hace un par de días es simplemente el reconocimiento oficial, por parte del gobierno estadounidense, del fracaso de su política pública hacia Cuba, a todas luces negativa, absurda y contradictoria. Ante las múltiples declaraciones de la derecha continental, no puedo hacer más que preguntarme: ¿No saben ellos que Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas con China y su gobierno, comunista hasta la médula, a pesar de la masacre de Tiannemen Square y de su invasión al Tibet?. ¿Con qué argumentos sostiene Estados Unidos su ruptura diplomática con Cuba, si se permite tener relaciones oficiales con otros países en los que tampoco existen libertades políticas, ni se respetan algunos derechos humanos?. Es más, Estados Unidos mantuvo relaciones con todas las dictaduras derechistas de América Latina, aún más asesinas, corruptas e infractoras de los derechos humanos. La vigencia de los derechos humanos nunca fue un argumento que impidiera que políticos norteamericanos, desde Eisenhower a Obama, brindaran reconocimiento oficial a regímenes que considerase útiles a su percepción del interés nacional.

A cualquier mente libre de complejos y de intereses creados resultará fácil considerar que para estos políticos, el rojo de la China comunista ha sido transformado, por causa de un daltonismo económico internacional, en el verde-dólar que simboliza la capacidad de una sociedad con potencial para consumir. Eso, unido a la poderosa persuasión que representa en la "real-politik" su arsenal atómico, es suficiente argumento para que los Estados Unidos decida aceptar la integración de la China al Club del Primer Mundo democrático como invitados, sin demandar de ellos la previa aplicación de los cánones de la democracia como requisito indispensable de ingreso, algo en que han insistido por cinco décadas en el caso de la Cuba de Fidel Castro.

En la isla, la gente reaccionó expresando felicidad ante la perspectiva de sacarse, después de 53 años, uno de los dos dedos que sin su autorización han introducido terceros al esfínter nacional. Es un evento que anuncia, y más claro no puede serlo, un cambio radical para ese abusado país. Y es muy probable que pronto podrán sacarse el otro dedo, el de la dictadura castrista, incluso por un factor natural inevitable: la vejez. Los políticos y el pueblo cubano, con la madurez y la prudencia que otorga el sufrimiento y la actitud consecuente, comprende y acepta filosóficamente estas realidades, a pesar de los pesares.

En los Estados Unidos, país que presume de saberlo todo, los republicanos continúan empeñados en aferrarse al siglo 19 y rechazan el histórico paso asumido por el presidente Obama. Y no son todos los republicanos. Los representantes de dos específicos Estados, el de la Florida y el de New Jersey son los mismos que han sostenido por décadas la equivocada noción de que el bloqueo a Cuba produciría la presión política necesaria para introducir la democracia allí. Los votos de esos componentes de la Unión, específicamente los de la Florida, han probado ser de una utilidad crucial en ocasiones como la del fraude del 2000, que han definido la posibilidad de que los candidatos republicanos sean electos, re-electos, o rechazados. Desde hace décadas, los resultados de las elecciones en estas comunidades han dependido de la atracción que ejercen las retóricas anticastristas y no de los argumentos racionales de administración pública. Esperar que el cerebro les vuelva a la cabeza parece imposible, pero imagino que ahora esos políticos se verán obligados a hacer una evaluación del efecto que la declaración de Barack Obama ha producido entre su electorado. Afortunadamente, la población de Florida ha ido recobrando paulatinamente el juicio crítico y el asunto de Cuba hoy no se plantea con la vehemencia irracional que caracterizó la discusión y el discurso sobre el tema en las décadas de los setenta y ochenta.

Por otra parte, no hay que dejar de considerar y de poner en la ecuación, los beneficios que en estos Estados produjo y produce el bloqueo a Cuba. No se puede obviar que la política del bloqueo creó la industria del anticastrismo, de la cual derivan beneficios, desde hace más de cuarenta años, muchos medios y comentaristas -radio, televisión, periódicos y publicaciones varias- así como políticos profesionales y politiqueros oportunistas. Si las relaciones en efecto se regularizan, el efecto creará una ola que barrerá con muchos empleos a lo largo de toda la Costa del Este de los Estados Unidos. ¿Quien considera a Elián noticia hoy? ¿Qué pasará cuando Fidel deje de ser la piñata de estos adultos? ¿Qué justificará su existencia cuando los Castro y su marxismo desaparezcan?

Es indudable que el bloqueo también logró lastimar y perjudicar al pueblo de Cuba, destinatario directo del dolor causado por la medida. En nada afectó al supuesto blanco del ataque, la dictadura castrista. Por el contrario, amparada por la excusa del bloqueo, las medidas antidemocráticas y la represión se multiplicaron e impidieron que se desarrollará en el tiempo un argumento político distinto al que imperaba en 1958, un argumento cubano que probablemente no hubiese sido el colonialismo ni el capitalismo de aquella época, pero tampoco el comunismo "sui-generis" de Fidel. Por eso, Cuba es un experimento cuyo resultado, más allá de las injerencias comunistas o capitalistas, aún está por verse. Espero que sea un resultado agradable y provechoso para el mundo, a pesar de lo doloroso y trágico de su gestación. Cuba es un pueblo heroico, especial en su humanidad.

Veremos que ocurre ahora. Por lo pronto, desde los Estados Unidos el bloqueo se mantiene e imagino que los republicanos harán de ello una tarima desde la cual buscar el voto de sectores que claman venganza, más que justicia. Y es probable que en Cuba los comunistas ortodoxos, que constituyen la contracara de la estupidez republicana, buscarán continuar vigentes y pretenderán justificar sus obsoletas y falsas argumentaciones apelando a la emoción y a la retórica panfletaria. Pero me parece que ya es un asunto de tiempo, para que la insensatez que ha sometido al noble pueblo cubano al sufrimiento, llegue a su necesario fin. Y es que la razón, finalmente, se impondrá. Cabe también ​é​ste carta a mi querido Puerto Rico: a ponernos las pilas en lo relativo a la capacidad de autoproducción alimentaria, identificación de mercados donde el producto puertorriqueño pueda competir exitosamente en mercados internacionales, promuevan el desarrollo de capacidades energéticas que permitan su autonomía en lo posible. La entrada de Cuba va a crear consecuencias económicas que van a ser sentidas en toda América, y el Caribe, especialmente en las sociedades subsidiadas, o que han subsistido por el "forfeit" de la no competencia. Cuba tiene educación, emprendimiento, ganas y un espíritu de sobrevivencia después de un desastre que solo puedo imaginarme en el Berlín, o en la Hiroshima del 1945. Se va a llevar por enfrente a quien pretenda detenerla. Si Obama devuelve Guantánamo a Cuba, como debiese, y despoja a Puerto Rico del argumento y estructura colonial, imaginen las consecuencias.
Hace años escribí en la canción Nación Rica, Nación Pobre: “La nación más rica invierte en China Roja, e intercambia embajadores con Vietnam, pero a Cuba impone, por ser comunista, un bloqueo de anacronismo charlatán. Y aunque sea Marxista el dictador en China y aunque invada y avasalle al Tibet, la nación más rica hoy lo certifica, pero a Cuba la condenan por Fidel”.
Este no es un argumento ideológico. Es simplemente un argumento de justicia, de racionalidad. Que cese ya el bloqueo que lastima a Cuba y que, finalmente!, se cumpla la primera fase de la liberación del pueblo cubano, de un sufrimiento injustificado. Ya vendrá la oportunidad de sacarse el segundo dedo, cualquier día de estos.

 

Rubén Blades
20 de Diciembre, 2014

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