"Mossack-Fonseca Papers"
En el mal llamado escándalo de los "Panama Papers", el verdadero escándalo es descubrir todo lo que las leyes permiten que se haga en materia financiera, tanto nacional como internacionalmente. En este caso, países del "primer mundo" parecen responsabilizar a Panamá por haber permitido a la firma Mossack-Fonseca crear sociedades “off-shore” desde su territorio, pero ninguna de las naciones quejosas ha sugerido reformar sus presentes legislaciones para prohibir este tipo de transacciones. Tampoco han recomendado prohibir la creación de instrumentos legales que permitan ocultar las riquezas con propósitos de evasión fiscal.
No demuestran interés por determinar quiénes hurtaron la información, cómo, o de dónde, y no se han apresurado a cerrar las oficinas de abogados que realizan los mismos tramites desde sus jurisdicciones. ¿Quizás esperan recoger los clientes que abandonen la firma que ha caído en desgracia?
Tampoco parecen demostrar curiosidad sobre el extraño hecho de que no toda la información hurtada será hecha pública y que ya se están estableciendo privilegios en tal sentido. ¿Bajo qué criterio?
En este sentido, luce hipócrita y sospechosa la indignación demostrada por Francia, Inglaterra y otros gobiernos, pues su enojo va dirigido solamente contra una firma legal y la nación en donde opera su oficina y no contra las leyes que, desde sus propios países, permiten las operaciones de bufetes legales en su seno, creando lo que ahora es condenado por ellos. Las firmas multinacionales tienen decenas de oficinas por todo el mundo. Si operan en distintas jurisdicciones es porque la Ley así lo permite.
¿Creen mis lectores que Francia va a promulgar una nueva ley que haga ilegal la creación de compañías "off-shore"? Claro que no. Y es que hoy, la creación de una sociedad "off-shore" no es ilegal; lo que es ilegal es ocultar dinero para evadir responsabilidades fiscales. Y aún así, hay que probar primero, caso por caso, que el propósito de cada una de esas compañías es la evasión o el lavado, antes de afirmar que es ilegal.
Dudo que las oficinas legales en los Estados Unidos, que tienen centros dedicados a ofrecer los mismos servicios que la firma Mossack-Fonseca, estén cerradas hoy a raíz del escándalo desatado, o vayan a dejar de operar.
Algunos países del primer mundo parecen dedicar mas atención a la evasión fiscal, a la hora de perseguir judicialmente a alguien, que a otros actos criminales cometidos por estos delincuentes. Al Capone terminó en la cárcel, no por matar gente sino por no pagar los impuestos. Francia habla de incluir nuevamente a Panamá en su "lista negra" de paraísos fiscales, porque una firma de abogados establecida en Panamá, que no representa a nuestro país sino a terceros, y que aún no ha sido formalmente investigada, enjuiciada y condenada, les resulta sospechosa. Imagino que con esto persiguen proyectar una imagen de genuina preocupación por la justicia. Si en verdad fuera así, le sugiero a Francia que prohíba expresamente, por ley, la creación de sociedades "off-shore", y prohíba su utilización, a todos los ciudadanos y empresas francesas.
Que exija, por Ley, la disolución de todas las secciones legales dedicadas a la creación de sociedades anónimas en sus bufetes nacionales de abogados y que, para demostrar "la transparence totale", hagan públicas las veces que sus servicios de inteligencia utilizaron bancos y a firmas legales para sus actividades encubiertas, incluyendo la creación y utilización de sociedades "off-shore". Au contraire, son indignation est sélective, ou pure hypocrisie, como diría Madame de Montulé.
Repito: el verdadero escándalo es lo que las legislaciones financieras vigentes permiten hacer en todo el mundo. ¡Que reformen las leyes entonces! Sería un buen comienzo para empezar a demostrar que en serio les importa lo que hoy dicen lamentar.
Entretanto, las interrogantes sin resolver:
1. ¿Quién hurtó la información? ¿Cómo? ¿Desde dónde?
2. ¿Cuál fue la intención y el criterio para hacer público el contenido de solo algunos de esos millones de documentos? Lastimar y desacreditar a personas, y a gobiernos específicos y ocultar a otros?
3. ¿Por qué conformarse con publicar solo los de una oficina instalada en Panamá, y no los de los verdaderos paraísos fiscales, que operan en el primer mundo? Cuando aparecerán empresas o ciudadanos ingleses, norteamericanos, o franceses, aparte del horrendo Dominique Strauss Khan, en esos reportes? O ya están todos debidamente registrados y protegidos en Nevada?
4. ¿A quiénes, particulares, empresas y gobiernos dentro de esos archivos hurtados, no se ha querido mencionar y por qué no?
5. Algunos medios noticiosos reportan que el grupo periodístico ICIJ, al cual le fue enviada la información hurtada, fue fundado y es subsidiado por el billonario norteamericano, George Soros, y por el gobierno norteamericano. Si no es así, ¿de dónde surgieron los fondos para crear y sostener a ese grupo independiente, formado por 160 periodistas? Quien les paga?
6. ¿Existe información entre los documentos hurtados a Mossack-Fonseca sobre la creación y utilización de sociedades anónimas para esconder actividades políticas ilegales, y/o acciones gubernamentales anónimas contra personas u otros gobiernos?
7. Son más de 40 años de documentos hurtados. ¿Quién decidirá, en el futuro, qué documentos se hacen públicos, cuáles no, con cuál criterio y por orden de quien?
8. ¿No le preocupa al ICIJ que la decisión de ocultar algunos casos y otros no, sugiere una intención siniestra, o corrupta, un intento para desestabilizar, con un propósito económico y/o político avieso?
9. ¿Quiénes son los beneficiados con este escándalo, aparte de Nevada, South Dakota, Wyoming y Delaware?
10. Si no se declaran ilegales bajo cualquier legislación las sociedades anónimas y las "off-shore", ¿cómo esperar que las mismas consecuencias no se repitan?
Esto me parece que no se acaba aquí.
Cela sent le pourri!
Rubén Blades
7 de Abril, 2016