Sobre la controversia de los Oscars; un comentario adicional.
Me veo obligado a escribir una vez más acerca de las declaraciones hechas por el actor Will Smith, debido a las interpretaciones equivocadas que algunos medios han hecho de los comentarios expresados por mi hace algunos días. El enredo y desvío producidos al centro de mi argumento anterior, me obligan a referirme otra vez al hecho, por respeto a las personas que leen mis escritos.
1. Vale la pena aclarar que soy miembro de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas desde 1994, creo. Algunos medios indicaron que no lo era. Lo soy y como tal, voto en los Oscars desde entonces. Además, soy miembro del Screen Actors Guild desde 1975.
2. No estoy criticando, ni atacando, a Will Smith. Es un buen actor y su planteamiento es razonable. Simplemente quise aprovechar la oportunidad creada por sus comentarios, para llamar la atención sobre otra realidad: la de otros grupos étnicos probablemente más afectados por la misma circunstancia. Will Smith es una súper estrella, no hay duda sobre eso, y también es cierto que para llegar allí tuvo la oportunidad de tener acceso a roles de calidad que le permitieron desarrollar su talento. La mayoría de actores y actrices latinos o asiáticos no tenemos esa oportunidad.
3. Desde mi punto de vista, el problema no es solo producto de la discriminación racial. Es un problema de inclusión de la diversidad, en su conjunto, como es el aspecto cultural. Si el ámbito de la discusión no es ampliado, continuará pareciendo un conflicto entre actores blancos y negros norteamericanos. La exclusión deliberada de latinos, por parte de la industria del cine estadounidense, obedece a una razón cultural, no racial. Los actores latinos, reflejo de la mezcla racial latina, somos blancos, negros, asiáticos, indígenas, así como personas de todas las religiones del mundo. Somos un grupo pluricultural y pluriétnico. Si consideramos esta particularidad, vemos que un actor negro norteamericano tiene 100 veces más oportunidad de acceder a un buen rol, que la que tiene un actor negro latino. Un actor blanco norteamericano tiene 200 veces más oportunidad de acceder a un buen rol que un actor blanco latino. Esto no es producto de la discriminación racial. Culturalmente se nos excluye por considerarnos diferentes a la población norteamericana promedio, sin entender que nuestro porcentaje dentro de la población de los Estados Unidos nos convirtió en el grupo minoritario mas grande, hecho que obliga a cualquier análisis a reconocer el valor de nuestra presencia y de nuestras contribuciones al diario acontecer nacional. Nuestra cultura forma parte vital de la realidad del país, pero se considera como algo exótico.
4. Esta situación de discriminación cultural que sufrimos se ha prolongado en Estados Unidos porque los latinos tendemos a comportarnos como tribus y no como una sola fuerza cultural. Actuamos siempre como dedos y casi nunca como manos, y por eso nos abusan. No articulamos argumentos, ni actuamos unidos, como uno solo. No ejercemos ningún tipo de presión contra los que nos estereotipan, o nos atacan. No reaccionamos ni nos defendemos como una sola cultura. De hecho, en la práctica ni siquiera protestamos.
Esa pasividad nos perjudica.
5. Por ejemplo, una forma de protesta efectiva sería el boicot económico. Si todos los latinos en los Estados Unidos y en Latino América decidiésemos, por un mes, no comprar ciertos productos en Estados Unidos, o no ir al cine, la pérdida de ingresos determinaría la existencia de un poder capaz de afectar el interés de los que asumen las decisiones, y que nos relegan a un tercer plano irrespetandonos, ignorando nuestros aportes y capacidades. La pérdida de ganancias resulta para ellos más dolorosa y sería un recurso más efectivo para provocar un cambio en sus actitudes que el apelar a sus sentimientos, a su moral, o a sus escrúpulos. ¿Qué es lo que nos impulsa a ayudar a enriquecer a aquellos que nos odian y/o discriminan?
6. Si la Academia decidiera aumentar el número de minorías en sus filas, no alteraría en lo absoluto la actual discriminación por la diversidad racial y cultural. La Industria seguirá negando acceso a roles importantes, a los actores y actrices latinos capaces de interpretarlos. La exclusión continuará si no se atiende el discrimen cultural.
7. Debo dejar claro que no se trata de que nos hagan regalos, que nos den privilegios o dádivas. No estamos llorando, ni pidiendo lástima. Tampoco estamos culpando a un solo lado del problema. Lo que estamos planteando es la necesidad de el acceso a roles que permitan expandir la imagen de los latinos en forma positiva y que puedan crear oportunidad para las nominaciones a premios, algo que actores latinos, asiáticos y de otras minorías no poseen hoy. No creo que alguien deba ser premiado por ser blanco, negro, o del color que seamos. Pero debemos ser tratados sin exclusión, dándonos oportunidades sin discriminación de ningún tipo, sin considerarnos solo como seres exóticos que no forman parte de la sociedad estadounidense actual, y que por lo tanto no merecemos ser representados en forma significativa en la industria del cine.
Espero que esta aclaración ayude a que se comprenda mi posición y propósito.
Rubén Blades
Baja California, México,
30 de enero 2016