Harry Belafonte
Se ha mudado al “otro barrio” mi querido amigo, Harry Belafonte.
Una de las figuras más relevantes del mundo del espectáculo, Harry recibió muchos reconocimientos, entre ellos los premios más importantes en la industria del entretenimiento de los Estados Unidos, el “EGOT” (Emmy, Grammy, Oscar y Tony) y el "Kennedy Center Honors", entre otros.
Su sinceridad y dedicación, sus actos públicos asumidos en defensa de los derechos civiles de Estados Unidos, durante una de los períodos más peligrosos y oscuros para los derechos humanos en ese país, vertieron la luz de su celebridad nacional sobre la injusticia de la discriminación e hicieron posible la solidaridad y apoyo de personas representando a todos los sectores culturales de Estados Unidos contra el racismo. Harry Belafonte fue un ser excepcional.
La primera vez que lo vi en persona fue en New York, en 1974, cuando yo empezaba a cantar con la Orquesta de Ray Barreto.
Una noche Ray nos llamó para que amenizáramos una velada política, organizada por Marlon Brando, y allí, acompañando al actor estaba su amigo, Harry Belafonte. Sabía de él por referencias desde mi infancia en Panamá, cuando su canción, el calypso "Banana Boat", más conocido como "Day-O", era transmitido por todas las emisoras de radio de la ciudad capital. También lo había visto en el cine, como actor, y había oído de su profunda dedicación a la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos, y a la dignidad humana a nivel mundial.
Esa noche en 1974 me acerqué a saludarlo y desde ese contacto inicial establecimos una amistad que ha durado cinco décadas. Con Harry fui por primera vez al Festival de Cannes, en Francia, cuando presentó la película titulada "Beat Street", que había coproducido, dedicada al naciente" hip-hop" y al fenómeno del "break dancing", para la que también escribí junto a Carlos Franzetti. un tema musical, "Tu Cariño"/"Carmen's Theme".
Fue Harry quien me presentó a Quincy Jones una tarde en los 80's, y de ese encuentro surgió la invitación para que yo escribiese una versión en español de "I Just can't Stop Loving You", para Michael Jackson, la única canción que ese ícono grabase en nuestro idioma.
Harry Belafonte me concedió una de las mayores satisfacciones de mi carrera: el ser uno de los oradores de fondo en un homenaje hecho en el teatro "Zigfield" de New York en su honor, organizado por un verdadero "quién es quién", entre los que recuerdo a Coretta King, esposa del mártir Martin Luther King, al productor de TV Norman Lear y mi encuentro con la gloriosa adalid de los derechos civiles, Rosa Parks.
Con Harry comenzamos a escribir un calipso que titulamos, "Working Woman"... que nunca terminamos. Conocí a su familia y su hogar, me dio su decidido apoyo cuando participé en la elección presidencial en Panamá en 1994 y siempre conté con él para cualquier proyecto y necesidad.
Objetivo, informado y amable, Belafonte fue consistente toda su vida.
Se ha ido un titán, pero su legado y ejemplo perdurarán por generaciones.
¡Adiós hermano Belafonte!
Rubén Blades
27 de abril, 2023