Rubén Blades responde…
A mis lectores:
Cada cierto tiempo aparecen personas que buscan protagonismos públicos, por distintos motivos. A veces para intentar limpiar pasados turbios, o sucios y así reinventar sus figuras socialmente. A veces, estos sujetos son pagados para con sus declaraciones dañar reputaciones ajenas. En ocasiones, estos voceros de la mentira sufren de problemas psicológicos, o de mitomanía.
Lo cierto es que personas como yo, por ser conocidas, estamos expuestas a estos ataques obligados a responder y aclararlos pues, de no hacerlo, la única versión existente sería la vertida por el mentiroso y eso la convertiría en la única fuente oficial para explicar un hecho.
Aclaró públicamente que simplemente respondo a las mentiras y ataques a mi buen nombre. De no existir las declaraciones en redes sociales en mi contra atribuidas al señor "Ley Martin", descrito como experto en asuntos de salsa, no hubiese mencionado a este señor en lo absoluto.
Comienzo por informar al lector(a) que el señor Martín Alejandro Orozco Sánchez, conocido como "Ley Martin", después de su incumplimiento de contrato con nosotros, en 1984, años más tarde fue acusado, en 1991 y luego ¨... condenado en OCTUBRE DE 1996, a 39 meses de prisión y al pago de 27 millones, 667 mil quinientos pesos", como reporta el prestigioso periódico colombiano, "El Tiempo", link: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-552037, el 17 de octubre de 1996.
Fue hallado culpable de los delitos de "peculado, apropiación indebida y estafa agravada, en contra de la Corporación Autónoma del Carnaval de Barranquilla", celebrado en enero y febrero de 1991".
Este punto es importante porque el Sr. "Ley Martin", mirando a cámara afirmó que yo, Rubén Blades, "le había robado cinco mil dólares".
Yo, Rubén Blades, no robo, ni hurto, y no tengo antecedentes penales. "Ley Martin" fue acusado y condenado por estafar a Barranquilla, Colombia.
Son tantas las mentiras, y utilización de medias verdades, hechos reales e invenciones a las que recurre en sus declaraciones públicas el señor "Ley Martin" que voy solamente a dirigirme a unas pocas, y de manera somera, antes de explicarle al lector(a) que fue lo que verdaderamente ocurrió en Colombia y por qué, hace casi cuatro décadas atrás, por primera y única vez en mi vida me vi obligado a cancelar tres presentaciones contratadas, estando presente en el país al cual viajamos con la intención de cumplir con esa obligación.
1. No tengo memoria del señor "Ley Martin", ni siquiera cuando yo era, como él me denomina, "mísero" (1974). Tuve que ver su foto para familiarizarme con su rostro, y ni así me recordó al de un "amigo". No niego que lo haya podido conocer en algún momento. Total, uno conoce a mucha gente en esta carrera. Pero uno jamás olvida a sus amigos y de eso pueden dar fe los míos, muchos con más de cuarenta años de verdadero contacto , consideración y afecto. El señor "Ley Martin", que se presenta como cercano a mí, no lo fue, ni lo es, aunque pretende hacer ver que cuando me empezó a ir bien económicamente lo eché a un lado.
Gracias a Dios, tengo amigos desde la infancia y juventud que perfectamente pueden atestiguar lo contrario a lo afirmado por el señor “Ley Martin".
Todo el mundo sabe, porque lo informé desde hace tiempo, o porque lo leyeron en las carátulas de discos de la Fania, que yo y otros cantantes (Adalberto Santiago y "Yayo" El Indio, por ejemplo), hacíamos sesiones de coros en álbumes de la Fania, para aumentar nuestro magro ingreso como cantantes populares. El señor "Ley Martin" pretende hacer ver el trabajar haciendo coros como algo vergonzante. Ningún trabajo honesto es vergonzante. Lo que debe avergonzar es hurtarle el dinero al noble pueblo de Barranquilla.
Ray Barretto contrató dos cantantes el gran "Tito" Gómez, de Juana Díaz, Puerto Rico, y yo, Rubén Blades; Barretto nos pagaba igual salario a los dos por cada show. Nuestros estilos de cantar eran diferentes: mi modelo vocal era el del gran "Cheo" Feliciano y "Tito" era mejor sonero que yo en 1974, con un timbre de voz más brillante y con mucha más cancha y experiencia en el pregón de "salsa" que yo, por sus años trabajando con la tremenda banda "La Ponceña", dirigida por Don Quique Lucca, con el soberbio Papo Lucca en el piano.
Barreto, habiendo perdido en dos distintas ocasiones a excelentes cantantes, posiblemente decidió contratar esta vez a dos, y así, en caso de que otra vez se le fuera uno quedaba el otro.
Entre "Tito" Gómez y yo siempre existió afecto, respeto y apoyo. El señor "Ley Martin" aparenta promover una falsa rivalidad entre nosotros sobre el tema "Pastorita". "Tito" Gómez era el indicado para cantar "Pastorita", no yo, y por eso lo hizo, y de manera magistral.
2. No informé al señor "Ley Martin", que iría a Harvard (1984), ni que deseaba ser presidente de Panamá (1994), ni que grabaría cuentos de García Márquez (1987).
Para dar la impresión de que teníamos una relación continua y sostenida, el señor "Ley Martin" va entrelazando una serie de eventos que transcurren en épocas diferentes de mi vida y en años distintos, y los transforma en una aparente continua conversación y contacto entre él y yo.
Toda la información que utilizó está disponible en Wikipedia, en Internet, en el documental de Abner Benaím, ¨Yo no me llamo Rubén Blades", en mis propios artículos y en declaraciones y entrevistas hechas a medios informativos, a lo largo de mi carrera. También existen publicados comentarios hechos por quienes me denigran y atacan por motivos políticos o simplemente por "haters" con razones inescrutables
3. "Ley Martin" dice que a mi "me botaron de la Fania". Otra mentira. Me fui de la Fania voluntariamente, por sus continuos abusos económicos en mi contra.
4. El señor "Ley Martin" utiliza la figura del único miembro difunto de "Seis del Solar", Ralph Irizarry, para justificar la falsa afirmación de que me fui de Colombia sin cumplir con los compromisos porque tenía que hacer otra cosa en New York. Eso es también es falso.
Tanto Eddie Montalvo, Oscar Hernández, Mike Viñas, Ricardo Marrero pueden atestiguar la razón por la que nos fuimos sin tocar aquella vez.
5. Una de las cosas más absurdas que afirma el señor "Ley Martin" es que él nunca supo porque razón me fui sin tocar los tres conciertos que él había negociado en Colombia.
A cualquier ser racional le deberá parecer increíble que este señor perdiera el dinero que él dice invirtió y no se preocupara por saber qué fue lo que pasó, que motivo causó la pérdida de su dinero. Sin embargo él afirma no saberlo aún, un absurdo.
A continuación paso a informar a todos los que han puesto atención a las mentiras de "Ley Martin" la razón del incidente, algo que él dice ignorar.
¿CUAL FUE LA RAZON POR LA QUE NOS FUIMOS DE COLOMBIA SIN TOCAR?
En 1983 ó en 1984, (me inclino por 1984) el agente y promotor de shows, David Maldonado fue contactado en New York por el señor "Ley Martin" con el propósito de contratarme y a "Seis del Solar", para tres presentaciones en Colombia. El contrato fue negociado entre la oficina del agente y promotor David Maldonado y el señor "Ley Martin", por un total de $15,000 (quince mil dólares).
A pesar de que repetidamente solicitamos que se nos enviaran las visas de trabajo acordadas con el contratante, el señor "Ley Martin" jamás las envió, alegando todo tipo de excusas.
Cuando le indicamos que sin visa no viajaríamos, el señor "Ley Martin" comenzó a lamentarse diciendo que íbamos a dejar mal a los fans que ya habían adquirido sus boletos de entrada y nos aseguró que las visas estarían esperándonos en Bogotá, Colombia, a nuestra llegada.
A pesar de mi aprehensión de viajar sin visas de trabajo, por respeto a los fans, decidimos viajar de todas maneras (algo que nunca más volví a hacer, el viajar sin visa o permiso de trabajo).
Cuando llegamos a Colombia ese jueves en la noche el señor "Ley Martin" no estaba en el aeropuerto esperándonos, como dijo que haría. En su lugar estaban unos tipos que David no conocía pero que se identificaron como los "socios" del Sr. "Ley Martin". Luego de recoger nuestro equipo y maletas, esta gente nos llevó al hotel en el que nos hospedaríamos. Era un hotel distinto al que habíamos acordado y protestamos por ello. Nos aseguraron que era un error, que habían tenido que hacerlo porque no habían habitaciones disponibles debido a no sé qué otros eventos y prometieron que al día siguiente nos mudarían de hotel.
A las dos o tres de la madrugada el promotor nuestro, de New York, David Maldonado, me llamó a mi habitación y nervioso me pidió que fuera a verlo a su cuarto. Pregunté ¿para qué? y me dijo que tenía a unas personas con él que decían ser socios del señor "Ley Martin" y que por favor bajara rápidamente.
Cuando entré a la habitación de nuestro promotor Maldonado, él visiblemente preocupado, me indicó que estas otras personas que antes no habíamos jamás visto afirmaban que el señor "Ley Martin" les había prometido dos shows adicionales, que "Seis del Solar" debía tocar gratis.
Uno de los dos individuos tenía todos nuestros pasaportes consigo (se los habíamos dado a los que nos recogieron en el aeropuerto cuando llegamos, para que nos dieran la visa de trabajo que no habían enviado a New York, como había sido inicialmente acordado). Cuando les respondí que nosotros solo íbamos a cumplir con lo contratado, tres shows y no cinco, el señor con los pasaportes le dijo a uno de los que nos habían recogido en el aeropuerto que si no tocábamos esos shows gratis, él no nos daría la visa de trabajo. Esto me hizo pensar que ese señor era miembro del gobierno, o tenía algo que ver con el departamento laboral. En ese momento le dije a esa persona que me entregara los pasaportes, cosa que hizo, y yo le dije a los que nos habían llevado al hotel desde el aeropuerto que si esto no se arreglaba que nos iríamos al día siguiente.
Uno de ellos se río y con sorna preguntó: "¿y cómo creen que van a poder salir de Colombia"?, cosa que más que asustarme lo que hizo fue molestarme. Le respondí: "Mañana llamo a mi embajada y les notificaré lo que ustedes están haciendo y de sus amenazas".
Me fui de la habitación con los pasaportes y llamé a los miembros de la banda y al "bandboy", "Trigger" y les dije; no desempaquen que posiblemente nos vamos mañana tan pronto podamos".
En el hotel mismo, abajo, había una oficina de viajes aéreos y David Maldonado se encargó temprano en la mañana de arreglar lo de las reservaciones de avión nuevas de regreso a New York.
Llamé a la embajada, explique lo que estaba pasando y reporté las amenazas que se le habían hecho al grupo y a nuestro agente David Maldonado cuando salí del cuarto luego de la reunión en la madrugada.
Nuestro embajador en Colombia, Jorge Ritter, vino hasta el hotel en su automóvil oficial y se quedó con nosotros hasta que el trámite con el cambio de reservaciones fue cumplido. Luego vino con nosotros en los vehículos que alquilamos para ir hasta el aeropuerto y los "socios" de "Ley Martin" nos siguieron en sus carros hasta el propio aeropuerto.
Llegamos con el embajador Ritter, fuimos a chequear nuestros boletos, lo hicimos sin problemas, pasamos inmigración sin problemas (como no teníamos visa de trabajo entramos y salimos como "turistas") y llegamos hasta la compañía aérea, que si mal no recuerdo era American Airlines.
Allí esperamos a que llamaran al abordaje y cuando lo hicieron, una persona sin uniforme pero al parecer con influencia, no dejó que ninguno de los que formábamos parte de "Seis del Solar" abordara el avión, a pesar de tener nuestros papeles en regla y boletos válidos para viajar. El Embajador Ritter, que se había quedado hasta vernos partir seguros, montó en cólera y le advirtió a los representantes de la aerolínea en el lugar, que estábamos siendo retenidos en contra de nuestra voluntad y que si el avión partía sin nosotros habría un problema diplomático y un escándalo.
El Embajador Ritter, luego de su advertencia, me dijo que esperaramos mientras él hacía unas diligencias y se fue a otra parte de la sala de espera del aeropuerto, a hacer llamadas telefónicas. Media hora o más estuvimos sentados, nerviosos esperando a ver qué pasaba, con el tipo en civil que había impedido nuestra entrada al avión mirándonos riendo, como diciendo, "ustedes no salen de aquí". En eso vino corriendo el embajador Ritter y le comunicó al personal de tierra de American Airlines que llamarían dentro de poco del departamento de inmigración del propio aeropuerto para autorizar nuestra salida.
Así fue, el tipo vestido de civil desapareció del lugar, y entonces por fin pudimos subir al avión. Me quedé de último, esperando que todo mi grupo estuviera dentro de la nave antes de entrar yo a ella.
El Embajador Ritter me dijo: "coño, estos tipos tienen influencia. Tuve que llamar a la presidencia de la República de Colombia y explicar lo que ocurría y fue de allí de donde se autorizó la orden al aeropuerto para que los dejaran viajar".
Así fue que pudimos salir de Colombia, me dijo el Embajador Ritter, por la llamada de la presidencia.
Esta es la razón por la cual, por primera y única vez en mi vida, deje de cumplir compromisos adquiridos estando presente en el lugar donde estaba supuesto a cumplirlos.
El Embajador Jorge Ritter aún vive, está en Panamá y es hoy una persona amiga mía, con la que conversó frecuentemente. Él estará dispuesto a corroborar los hechos que he narrado, en las partes en que él estuvo involucrado. Eddie Montalvo está dispuesto a corroborar los hechos que he presentado como explicación de lo ocurrido. El agente, David Maldonado, está aún en New York, dispuesto a corroborar los hechos.
El dinero que el señor "Ley Martin" presentó como pago por las presentaciones que no fueron celebradas lo perdió con la agencia con la que negocio, por quebrar y violar las condiciones de trabajo contempladas en ese contrato.
Fue su irresponsabilidad, o ¿quizás matraqueo?, lo que produjo la situación que nos llevó a cancelar los shows. ¿Quiénes fueron los socios de "Ley Martin"? Nunca supimos quiénes eran, ni los nombres de los dos aparentes funcionarios que en el hotel nos exigieron para recibir la visa de trabajo el tocar dos shows adicionales, gratis, que no formaron nunca parte del contrato firmado por nosotros.
El asunto no terminó allí. Cinco años más tarde, antes del vencimiento del plazo para hacerlo legalmente, uno de los supuestos "socios" del señor "Ley Martin" y del que no había oído, ni yo, ni el agente David Maldonado, me demandó en una corte del condado de Queens, en New York, por un millón de dólares, alegando que había incumplido mi contrato en Colombia.
Todavía tengo las minutas de la demanda. Cuando me negué a considerar un arreglo extrajudicial, el asunto se prolongó por varios años más, con el demandante no asistiendo a los plazos para presentarse en juicio. Lo hizo varias veces y el juez, viendo que la demanda carecía de fundamento y seriedad, desestimó el caso y me declaró no responsable por el monto demandado.
Esta es la triste historia del señor "Ley Martin", cuyo nombre real es Martin Alejandro Orozco Sánchez.
Todo lo demás que argumenta en sus entrevistas, de que Celia le salvó la casa, de eso no sé nada. Asumo que fue otra ocasión en la que abusó de la confianza de otro, como lo que ocasionó que lo demandáran en 1991 y después, como reportó periódico El Tiempo, de Bogotá, lo condenaron a prisión por "peculado, apropiación indebida y estafa agravada" en perjuicio de la Ciudad de Barranquilla, Colombia.
Como indiqué inicialmente, las falsas declaraciones y mentiras alegadas en mi contra por el señor "Ley Martin" son las que me obligan a mencionar su nombre y a comentar, aclarar y explicar qué fue lo que pasó. No me interesa entablar polémicas públicas con esta clase de individuos; y si lo que buscaba es publicidad, creo que esta es la manera más torpe, suicida y contraproducente de producirla.
A través de mi carrera, he realizado decenas de conciertos en Colombia en incontables ciudades, en festivales y ferias, en carnavales y universidades, en teatros y estadios. Mis lazos con el generoso pueblo colombiano no solo son profesionales, son también familiares (mi padre nació en Santa Marta, Colombia), y de amistad y admiración por músicos como Fruko y sus Tesos y Joe Arroyo, para mencionar solo un par, contactos cosechados durante los más de 50 y tantos años hasta nuestros días, en el constante ir y volver de Colombia, y alrededor del mundo, incluyendo colaboraciones musicales con artistas colombianos como el amigo Carlos Vives. Nada ni nadie podrá borrar ni desmerecer el cariño recibido de parte de los colombianos y colombianas, afecto que es respondido por mí, de igual forma: con mucho agradecimiento, amor y control...
¡Nos vemos pronto!
Gracias por su interés en leer este escrito y reciban mis deseos de un saludable y feliz año 2023 para todas y todos.
Rubén Blades
28 de Diciembre, de 2022; simpática ironía del destino, hoy día de los Santos Inocentes.